Durante estos últimos años se ha observado un auge de los productos bio, ecológicos u orgánicos. Una tendencia, sin duda, que se está implantando todavía más gracias a las redes sociales y muchos famosos o influencers que vienen todas sus virtudes.

Pero, ¿que entendemos por producto bio, ecológico u orgánico? En general se entiende como un producto clasificado como de un producto de proximidad, que ha recibido un trato poco invasivo, sin la utilización de fertilizantes o pesticidas artificiales y con una línea de producción respetuosa con el medio ambiente y el ecosistema.

Lo que no queda demasiado claro, es la diferencia entre bio, ecológico y orgánico, y es que al venderse propiedades beneficiosas por la salud, las marcas comerciales han encontrado un claim al utilizar estas palabras y aumentar sus ventas. Es por eso que es importante la legislación actual, que nos permite asegurarnos de que los productos denominados Eco o Bio cumplen estrictamente unas condiciones concretas.

A nivel legislativo, la normativa actual es el Reglamento 848/2018 UE, y en términos generales no hay diferencias significativas entre las denominaciones Eco, Bio u orgánico. En España la fórmula más habitual es “ecológico”, por otro lado en otros países centroeuropeos es más habitual hablar de “biológico” y en el Reino Unido y Estados Unidos habitualmente utilizan más el término “orgánico”.

Estos productos presentan un valor añadido por el que el consumidor actual está dispuesto a pagar más, de forma que muchas marcas empezaron a poner estos denominativos a sus productos con el objetivo de aumentar las abanicas y los ingresos.

Fue, aproximadamente, desde el año 2000 en que las cooperativas de productos Eco, Bio u orgánicos, como queramos denominarlos, reclamaron más exigencia en la nomenclatura eco y bio puesto que hasta aquel momento se podían denominar productos eco o bio cualquier producto con un ingrediente de origen natural. Así que a partir del año 2000, para que un producto Eco pueda tener en el etiquetado el logotipo de Agricultura Ecológica Certificada por la Unión Europea, tiene que cumplir estrictamente y bajo revisiones habituales las siguientes condiciones:

  1. Utilizar procedimientos de cultivo y cría basados en sistemas ecológicos y que utilicen los recursos naturales internos del sistema.
  2. Restringir el uso de productos externos.
  3. Limitar estrictamente el uso de productos químicos sintéticos.
  4. Adaptar las normas de producción, cuando proceda, a las situaciones concretas (estado sanitario, diferencias regionales del clima y condiciones locales, estadios de desarrollo o prácticas de cría especiales).

Estos requisitos no solo no son sencillos de aplicar, sino que acaban dando menos rentabilidad a la producción, siendo, por lo tanto, menos competitivos al mercado en cuanto al precio. Es por eso que la legislación del 2000 fue muy importante en la producción Eco e hizo caer y modificar nombres de famosos productos que hasta entonces llevaban entre otros el prefijo bio.

Cómo habéis podido comprobar es la Unión Europea la que legisla y controla, si bien las comunidades autónomas, en el caso de España, que principalmente ejecutan esta normativa según las condiciones de cada región. Así cada vez que veis el hashtag de la fulleta con estrellas, podéis estar seguros que el producto ha cumplido con las estrictas normas que le permiten lucir este logotipo y, por lo tanto, que estáis consumiendo un producto respetuoso con el medio ambiente, con un proceso de producción bastante natural y por tanto un producto muy cuidado.

Por otro banda, nos preguntamos: ¿qué pasa con los cosméticos? Es muy habitual ver que tienen certificados, logotipos varios, donde pose BIO, ECO, ORGANIC… en este caso, la normativa no es la misma que por los alimentos. No hay una legislación común en este caso. Se trata de entidades privadas que pueden otorgar estos certificados según su normativa, es por eso que vemos varios tipos de logotipos, según la empresa que ha certificado que sea bio o eco.

Aquí podemos decir que para que un producto cosmético sea bio o eco no hace falta que cumplan una serio de normativas aceptadas por la UE, sino un conjunto de condiciones aceptadas por cada una de las empresas privadas que lo acreditan, siente por lo tanto un conjunto de normativas diferentes según cada entidad. Así, pues, en este caso, tenemos que informarnos bien para saber qué características cumplen puesto que en muchos casos, a pesar de tener certificado bio o eco, contienen productos sintéticos y no especialmente respetuosos con el medio ambiente.

En conclusión, los productos Eco certificados por la unión Europea ente garantitzen un producto que cumple las características nombrades anteriormente, en el caso del cosméticos esta legislación es diferente, no dimana directamente de la UE y ente hauriem de enterar concretamente en cada caso de la composición del mismo.

Pero, ¿un producto eco, bio u orgánico es mejor por la salud? Estar claro, que su más respetuosos con el medio ambiente, del cual también depende nuestra salud en último término. Que un producto bio o eco tenga más nutrientes beneficiosos por la salud que su homólogo no bio o eco, no está ratificado por jefe artícle científico de prestigio. Parece pero, que seguir los procesos naturales de maduración y dar un buen trato al alimento siempre repercute en positivo en la propiedades organoleptiques de los alimentos y probablment en nutrientes más asimilables. En todo caso, poder disfrutar de un alimento más próximo, mas bono, hará que la experiencia de comer sea más que simplemente nutrirse y, por lo tanto, mejore nuestra calidad de vida. Si además, tomamos conciencia del respecto al medio ambiente, seremos personas más llenas y respetuosas con el que consumimos y con el medio que nos sostiene.

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colabora: YOLANDA PORCEL MARTINEZ, ABOGADA

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